viernes, 25 de septiembre de 2009

¿Donde esta mi hermano?


El 10 de Agosto de 1992 naciste, mi hermanito menor. Con mucha ilusion te fui a recoger al Hospital Mexico, recuerdo que ma se asomo de la ventana del tercer piso y vos en sus brazos, yo desde afuera te esperaba con ansias.

Son tres años de diferencia entre nosotros, cualquiera diria que es una buena diferencia de edad, sobre todo para la crianza departe de los padres. En realidad cuando eramos niños, la diferencia de edades no afectaba tanto como ahora.

Recuerdo con muchisimo cariño cuando jugabamos por horas y horas en la casa, jugabamos con un castillo y cada uno tenia su grupo de soldados, muchas veces por tu ingenuidad yo hacia trampa y me pasaba al vando de sus soldados para atacarlo mas facilmente. Tambien jugabamos con los legos y haciamos casas.

¡Que tiempos aquellos! Donde no nos importaba que juegos de X-Box tenias, los DVD´s que comprabas, que posters ibas a pegar en el cuarto, cuantos compas tenia agregados en el MSN o peor aun, que carrera estudiaras en la u.

Rorro, ¿en que momento creciste tanto?, ¿en que momento te diste tu primer beso? ¿Donde esta ese hermanito menor que se reia a carcajadas conmigo aunque lo que Carolina estuviera haciendo fuera ridiculo?, ¿Dónde esta el chiquillo que llegaba de la escuela y contaba lo que hacia con sus compañeritos durante su dia lectivo?.

Te extraño mucho Rorro, como me gustaria que me gustaran las mismas cosas que vos, que tuviera un tema de conversacion que te interese, y no mas bien que me rechace con un simple: “usted y yo nunca nos vamos a llevar porque somos muy diferentes, lo unico que somos es hermanos, no amigos, no me joda con sus preguntas necias”.

Es por esta y muchas razones que te escribo desde el fondo de mi corazon con una gran nostalgia, por poder compartir tiempo valioso con vos, de que no rechace mis invitaciones al teatro, al cine, a comer, tan solo un helado.

No entiendo por que me rechazas, si yo te amo, y lo unico que busco en que confies en mi, y me veas con otros ojos. Muchas veces me acuesto en las noches pensando que fue lo que hice para que estemos asi, como me gustaria que te abrieras conmigo y pudieramos ser unos hermanos normales, que se amen y se apoyen en las diferentes situaciones de la vida, sobre todo en esta edad tan dificil en la que estas.

Recuerdo que cuando yo tenia 14 años queria tener un hermano mayor que me explicara muchas cosas de la vida, sobre todo con temas de sexualidad. Ahora que vos tenes esa oportunidad espero que la aproveches y contes conmigo siempre.

Si hubo alguna situacion incomoda que te hice pasar, o algun resentimiento por ahí, yo estoy dispuesta a cambiar lo que sea necesario.

Te amo con todo el corazon. “Rodrigo Antonio, Rodrigo Antonio, es mi hermano y lo quiero mucho”, esta cancion yo la invente cuando estabas pequeñito, hace mucho no te la cantaba. Espero que aparezcas pronto, y salgas de tu mundo de la adolescencia, para poder conocernos a fondo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Cadenas que paralizan



Diariamente nos encontramos rodeados por personas que han tenido que enfrentar difíciles circunstancias que han afectado su vida de una u otra manera. Por ejemplo, la brujería, alcoholismo, agresión, desorden, estancamiento profesional, pérdida de algún ser querido, por muerte, divorcio, inclusive por orgullo; cientos de situaciones son expuestas en la cotidianidad.




Este tipo de circunstancias que están presentes en el desarrollo de una vida y que son arraigadas desde el seno familiar, son las que nos permiten avanzar o sentir que nos ahogamos, que somos paralizados, sin tener escapatoria.




Este tipo de ahogamiento o asfixia, se podrían relacionar metafóricamente con cadenas anchas, que han rodeado nuestro sueños y que no permiten movilizarnos, hacen que sintamos temor cada vez que intentemos avanzar, porque sentimos que esas cadenas nos aprietan todos nuestros sentidos hasta dejarnos inconscientes, insípidos, sin hallar una razón que nos empuje a tomar la segueta y acabar con todas las ataduras.




Sin embargo, la segueta que yo encontré es el arma más poderosa y llena de amor que puede conocer el ser humano, no fue difícil encontrarla, de hecho estaba justo en mis narices, estuvo ahí mucho tiempo atrás, y yo... tras de amarrada, con un velo que no me permitía observar la majestuosidad de su existencia.




¿Cuál es su segueta?